Las jaculatorias son pequeñas oraciones que desde siempre la Iglesia nos recomienda recitar mental u oralmente en los momentos de tentación o dificultad.
Conviene aprenderse al menos 3 que nos gusten y se acomoden a las tentaciones y pruebas que podamos encontrar en durante el día:
Las Jaculatorias a nuestra Madre:
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Oh dulce Corazón de María, sed la salvación del alma mia.
María, madre mía, sé tú mi única guía.
Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a ti.
Bendita sea la santa e Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios.
Bendita y alabada sea la purísima Concepción de María Santísima concebida sin mancha de pecado original.
María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti.
María, por tu Inmaculada Concepción, purifica mi cuerpo y santifica mi alma.
Oh María, concebida sin pecado, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
María, Madre de Gracia, madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos en la hora de la muerte.
Bendíganos la Virgen María y su piadoso Hijo.
Tú eres mi Madre, Virgen María, defiéndeme para que jamás ofenda a tu querido Hijo, y para que siempre y en todas las cosas le agrade.
Madre dolorosa, ruega por nosotros.
Madre mía, esperanza mía.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Reina concebida sin pecado original, ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios, siempre Virgen María, intercede por nosotros.
Santa María, purifica mi corazón y mi cuerpo.
Madre santa, llévame contigo.
María, haz que tus hijos perseveremos en tu amor.
María, que entraste al mundo sin pecado alguno, alcánzame de Dios que yo pueda salir de esta vida sin pecado.
Madre mía, líbrame de pecado mortal.
María, esperanza nuestra, ten piedad de nosotros.
Santa María, líbranos de las penas del infierno.
Virgen María, Madre de Jesús, haznos santos.
María, haz que viva en Dios, con Dios y por Dios.
Acepta mis alabanzas, Virgen sagrada; fortaléceme contra tus enemigos.
Reina de nuestra vocación, rogad por nosotros.
Nuestra Señora del Carmen, ruega por nosotros.
Oh María, Reina del cielo!, rogad por nosotros y alcanzadnos muchos y santos sacerdotes.
Inmaculada Reina de la paz, ruega por nosotros.
Madre de los huérfanos, ruega por nosotros.
Oh María, sedme propicia! (S. Estanislao de Kostka, + 1568).
Madre y Hermosura del Carmelo – Rogad por nosotros.
Madre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida, acordaos de mí, miserable pecador.
Acueducto de las divinas gracias, concededme abundancia de lágrimas, para llorar mis pecados.
Reina de los cielos y tierra, sed mi amparo y defensa en las tentaciones de mis enemigos.
Inmacualda hija de Joaquín y Ana, alcanzadme de vuestro Santísimo Hijo las gracias que necesito para mi salvación.
Abogada y refugio de los pecadores, asistidme en el trance de mi muerte y abridme las puertas del cielo.
Madre, aquí tenéis a vuestro hijo.
En vos, Madre mía dulcísima, he puesto toda mi confianza y nunca jamás seré confundido.
¡Madre mía, confianza mía!
¡Oh Madre mía!, ¡Oh esperanza mía!
Gloriosa reina del Carmen, ruega por nosotros.
Madre de amor, de dolor y misericordia, ruega por nosotros.
Madre del Perpetuo Socorro, rogad por nosotros.
María, esperanza nuestra, ten piedad de nosotros.
María, madre de gracia, madre de misericordia, protégenos del enemigo y ampáranos en la hora de la muerte.
María, virgen madre de Dios, ruega por mí.
Muestra que eres Madre.
Nuestra Señora del Pilar, rogad por nosotros.
Nuestra Señora del Sagrado Corazón, rogad por nosotros.
Oh María, haz que viva en Dios, con Dios y por Dios.
Oh Santa Madre, haz que las llagas de tu Hijo queden impresas en mi corazón.
Reina de los apóstoles, ruega por nosotros.
Reina del santísimo rosario, ruega por nosotros.
Santa María Libertadora, rogad por nosotros y por las ánimas del purgatorio.
Santa María, esclava del Señor, ruega por nosotros.
Santa María, esperanza nuestra, asiento de la sabiduría, ruega por nosotros.
Santa María, estrella de Oriente, ayuda a tus hijos.
Santa María, líbranos de las penas del infierno.
Virgen del Pilar o de Montserrat o de Lourdes (o de cualquier advocación aprobada), rogad por nosotros.
Virgen dolorosísima, ruega por nosotros.
Virgen, Madre de Dios, María, rogad a Jesús por mi.
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.
Santa María de Guadalupe, ruega por nosotros.
Santa María de Guadalupe, salva a nuestra patria y conserva nuestra fe.
Santa María del buen camino, haz que lleguemos sanos y salvos a nuestro destino.
Por tu limpia concepción, ¡oh Soberana Princesa! Una muy grande pureza te pedimos de corazón.
Madre de amor, de dolor y misericordia, ruega por nosotros.
Virgen, Madre de Dios, María, rogad a Jesús por mi.
Corazón dulcísimo de María, prepáranos un camino seguro.
Purísimo Corazón de María, virgen santísima, alcánzanos de Jesús la pureza y la humildad de corazón.
Más quisiera que me arrancaran la piel que la devoción a Nuestra Señora. (S. Juan d Avila, + 1569).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario