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martes, 29 de septiembre de 2020

NOVENA A LA VIRGEN DEL ROSARIO

 


ORACIONES INICIALES Y FINALES



“Cantemos con devoción 

a la que es de Dios sagrario.

Señora, por tu Rosario,

logre yo mi salvación.”



Gozos en alabanza de

María Santísima Nuestra Señora y de su Santo Rosario

 Beato Fray Diego 



Cantemos con devoción

A la que es de Dios Sagrario:

Señora, por tu Rosario,

Logre yo mi salvación.



Aquí la fe resplandece

Y la religión se ensalza,

Se abjura la secta falsa,

Y el dogma más resplandece:

El que así no lo creyese,

Es digno de corrección.



Es fuente del Paraíso

De que al mundo se deriva

De la gracia el agua viva

Para el remedio preciso:

El pecador que la quiso

Halló aquí su salvación.



Es el árbol de la vida,

El iris que vió Noé,

El símbolo de la Fe,

Del cielo escala y subida,

Es de la gracia perdida,

Medio de restauración.



Es la vara prodigiosa

De Moisés profeta santo:

Es vara de poder tanto

Que a Luzbel rinde y destroza,

Es la vara fructuosa

Del gran sacerdote Aarón.

Es un rosal misterioso

Llamado de Jericó,

La escala que Jacob vió

En sueño maravilloso,

Camino nada fragoso

Para la eterna mansión.



Escudo es de Josué

Contra el poder infernal

Y del pecado mortal

Remedio y así se ve

Que el Rosario siempre fue

Medio de reformación.



La zarza de Oreb mostraba

Del Rosario la virtud

Porque por él su salud

El mundo recuperaba:

Dios así nos preparaba

Un bien sin comparación.



Es la ciudad preparada

Por Dios para mi refugio

En donde hallase el refugio

De su ira exarcebada

Al alma aquí cobijada

Se dará indulto y perdón.



Es la torre guarnecida

De David, donde los fuertes,

Armados de varias suertes,

Ven su virtud defendida

Siempre aquí será vencida

La cabeza del dragón.



El Arbol representado

A Nabuco en su reposo,

Fue símbolo misterioso

Del Rosario, himno sagrado.

Por él bienaventurado

Puede ser cual ya otros son.



El Rosario bien rezado

Es remedio universal

En todo quebranto y mal

Para el hombre atribulado,

Señal de predestinado

Es tan santa ocupación.



A toda virtud excita

Rezar el Santo Rosario

Si este ejercicio diario

Con devoción se ejercita

Todo impedimento quita

De la santificación.



Todo aquel que con pecado

Ha gravado su conciencia,

Logrará hacer penitencia

Si el Rosario es aplicado:

El será en otro mudado

Dispondrá su obstinación.



Y si pecaste, ¡alma mía!

Y hallar quieres penitencia,

Busca luego la clemencia

De tu gran Reina María:

En su protección confía

Conseguir la contricción.



Que Dios ha de perdonarte

Ten por cierto, si a María,

Invocares con Fe pía

Tratando tu de enmendarte

Tu conseguirás salvarte

Si alcanzas su protección.



No te vencerá el pecado,

Ni sus fuertes tentaciones

Si en tan santas oraciones

Te hallaren ejercitado:

No tampoco el fuerte armado

Puesto en tal ocupación.



Aquel que el Ave María

Devotamente rezare

Y a la Virgen saludare

Con virtud y oración pía,

Del juicio en el gran día

No verá su perdición.



El justo, el angel y el santo

Con acorde melodía

A su Emperatriz María

Le alaban con este canto,

El cielo se alegra tanto

Con esta salutación.



Aquel que por su impiedad

De rezar deja el Rosario,

Es juzgado temerario

E incurre en grande maldad:

Por Ella el Dios de bondad

Le mira con adversión.



Todos, pues, con voluntad

El Rosario le recemos

Y con él siempre alabemos

A la Madre de Piedad:

Toda la Divinidad

Puso aquí su habitación.



Es remedio universal

El Rosario sacrosanto

De toda pena y quebranto

Y en todo peligro y mal:

Su virtud es tanta y tal

Que sana toda aflicción.



Sus misterios considera,

Si con fruto has de rezarlo,

Lo contrario es malograrlo,

O poco bien produjera,

Sin devoción verdadera,

No sirve esta invocación.



De Jesucristo la vida

El Rosario nos propone,

Y en eso a todos impone

Que es su imitación debida,

También es cosa sabida

Que es regla sin excepción.



En tres clases dividido

Estos misterios verás,

Y en ellos meditarás

Como fuimos redimidos:

Tus sentidos recogidos

Ten en su meditación.



En los misterios Gozosos

Hallarás alta doctrina,

Y de efectos una mina.

Los más tiernos y amorosos

Son los verdaderos gozos

En nosotros su fruición.



Si meditas con fervoro

Los Dolorosos misterios

Sacarás afectos serios

De compasión y dolor.

Por ellos tu Redentor

Te exige su imitación.



Todo el bien que de Dios viene

Con sus tesoros preciosos,

En los misterios Gloriosos

Hallarás que se contiene:

Medítalos cual conviene

Y en ellos pon tu afición.



Venid todos y alabemos

A nuestra Madre María,

Y en toda hora cada día

Devotos la veneremos:

Si así fuere, no dudemos

De su gran retribución.



A vuestros pies, gran Señora,

Tu pueblo favorecido,

Con afecto el más rendido

Postrado, humilde os adora

Para siempre desde ahora

Os pide la bendición.



Por tí benditos seamos,

Como humildes lo pedimos:

Y pues por Tí a Dios tuvimos,

Por Tí también le veamos:

Por vuestro medio esperamos

Verle en la Santa Sión.



Por tiempo y eternidad,

En la vida y en la muerte

Pongo en tus manos mi suerte,

Mi bien y felicidad:

Que me ampare tu bondad

Es toda mi petición.





Por tu Rosario Señora, logre yo mi salvación.







Los Misterios Dolorosos



En petición

Dios te salve, Reina del Santísimo Rosario, mi Madre María, ¡A ti aclamo! A tus pies humildemente me arrodillo para ofrecerte una corona de rosas 
 cada rosa te recuerda un misterio santo.

¡Oh Reina y dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que te invocan! Tú no puedes mirar sobre mi ofrenda  sin logran ver lo entrelazada
que está. Como tú recibes mi regalo, te pido que cuándo recibas mi súplica,   que por tu generosidad me facilites el auxilio que con tanto ahínco y confiadamente busco. 

En acción de gracias



Credo, Padre Nuestro, 3 Ave Marías, Gloria al Padre.




La agonía en el huerto

¡Oh dolorosísima Madre , meditando el misterio de la Agonía de Nuestro Señor en el Huerto, cuando en la gruta del Huerto de los Olivos, Jesús vio  los pecados del mundo desarrollándose ante Él por Satanás, quien trató de disuadirlo del sacrificio que estaba a punto de hacer; cuando Su alma encoge de la vista, y su preciosa sangre que fluye por todos los poros de la visión de la tortura y la muerte  a la que habría de someterse, de tus propios sufrimientos, querida Madre, los futuros sufrimientos de su Iglesia, y sus propios sufrimientos en el Santísimo Sacramento, clamó con angustia:

 "¡Abba Padre si es posible, aparta de mi este !"; pero, de inmediato al resignarse a la voluntad de su Padre, Él oró: "No sea como yo quiero, sino como tú!"

Ruego humildemente: Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria al Padre.

 Por la petición de la virtud de la renuncia a los apegos y vivir en Voluntad de Dios, humildemente pongo esta rosa blanca  a tus pies.


La Flagelación

¡Oh dolorosísima Madre, meditmos en el Misterio de la Flagelación de Nuestro Señor, cuando por orden de Pilato, tu Divino Hijo, despojado de sus vestiduras y atado a un pilar, fue lacerado de pies a cabeza con azotes crueles y su carne desgarrada hasta que su cuerpo mortificado no podía soportar más.

Ruego humildemente: Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria al Padre.

 Por la petición de la virtud de la Mortificación, humildemente pongo esta rosa blanca  a tus pies.
La coronación de espinas

¡Oh dolorosísima Madre, meditamos el Misterio de la Coronación de espinas de Nuestro Señor, cuando los soldados, colocaron sobre su cabeza una corona de espinas, lo llenaron de golpes, insertando las espinas profundamente en su cabeza; en aquel momento, el soldado se arrodilló delante de Jesús y con adoración burlona gritó: "¡Salve, Rey de los Judíos!"

Ruego humildemente: Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria al Padre.

Por la petición de la virtud de la Humildad,  humildemente pongo esta rosa blanca  a tus pies.

Jesús con la Cruz a cuestas

¡Oh dolorosísima Madre, meditando en el Misterio de Jesús cargando la Cruz a cuestas, cuando con la pesada cruz de madera sobre sus hombros, tu divino Hijo fue arrastrado, débil y enfermo. Sin embargo, siguió paciente su camino al Calvario , a través de las calles, en medio de los insultos del pueblo ; cayendo a menudo, pero siguió exhortando a lo largo de los crueles golpes de sus verdugos.

Ruego humildemente: Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria al Padre. 

Por la petición de la virtud de la Paciencia en la Adversidad  humildemente pongo esta rosa blanca a tus pies.

La Crucifixión

¡Oh dolorosísima Madre , meditando el misterio de la Crucifixión, cuando después de haber sido despojado de sus vestiduras, tu divino Hijo fue clavado en la cruz, en la que después de tres horas de agonía indescriptible nuestro Señor murió, tiempo durante el cual Él suplicó perdón al Padre por sus enemigos.

Ruego humildemente: Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria al Padre.
Por la petición de la virtud del Amor a nuestros enemigos , humildemente pongo esta rosa blanca a tus pies.

COMUNIÓN ESPIRITUAL

Mi Jesús, realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar, ya que ahora no puedo recibirte bajo el velo sacramental, yo te ruego con un corazón lleno de amor y anhelo, puedas venir espiritualmente a mi alma a través del Corazón Inmaculado de Tu Madre Santísima, y quedarte conmigo para siempre.

“Tú en mí, y yo en ti, en el tiempo
y en la eternidad, en Nuestra Señora Santa María”

Petición

Dulce Madre María, te ofrezco esta comunión espiritual para unir mis ramos de flores en una guirnalda, la cual quiero colocar sobre tu frente. ¡Oh Madre mía! contempla con buenos ojos mi obsequio, y en tu amor obten para mí (especificar petición…..) Dios te salve, María, 

En Acción de Gracias

Dulce Madre María, te ofrezco esta comunión espiritual para unir mis ramos de flores en una guirnalda, la cual quiero colocar sobre tu frente en acción de gracias por (especificar petición….) que conforme a tu amor has obtenido para mí. Dios te salve, María, 

ORACION

¡Oh Dios! Cuyo unigénito Hijo, por su vida, muerte y resurrección, ha conseguido para nosotros la recompensa de la vida eterna; concedemos, te rogamos, que meditando en estos misterios del Santo Rosario de la Bienaventurada Virgen María, imitemos lo que contienen y obtengamos lo que prometen. Por el mismo Cristo nuestro Señor. Amén.

Que la divina asistencia permanezca siempre con nosotros. Y que las almas de los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén.


 Virgen Santa, ante tu Niño amoroso, danos tu bendición a nosotros este día (noche). En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén




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