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jueves, 25 de marzo de 2021

CAMINATA DE LA ENCARNACION

        CAMINATA DE LA VIRGEN DE LA ENCARNACIÓN




Se comienza el 25 de marzo y se termina el 25 de diciembre, se  piden 3 gracias muy difíciles-


ORACIÓN

 Oh Virgen de la Encarnación, mil veces te saludamos, mil parabienes te damos por el gusto que tuviste cuando Dios en ti encarnó, pues eres tan poderosa oh Virgen y Madre de Dios, concédeme lo que te pido por amor de Dios, por amor de Dios.


 SALVE

Dios te salve Reina y Madre de Misericordia, vida dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve, a ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

Ea pues, Señora Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre,

¡Oh clemente!, ¡oh piadosa!, ¡oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de Nuestro Señor y amado Jesucristo.

 Amén. 

Se medita y se pide la primera gracia

ORACIÓN 

Oh Virgen de la Encarnación, mil veces te saludamos, mil parabienes te damos por el gusto que tuviste cuando Dios en ti encarnó, pues eres tan poderosa oh Virgen y Madre de Dios, concédeme lo que te pido por amor de Dios, por amor de Dios.

 SALVE

 Dios te salve Reina y Madre de Misericordia, vida dulzura y esperanza nuestra,

Dios te salve, a ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

Ea pues, Señora Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre,

¡Oh clemente!, ¡oh piadosa!, ¡oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de Nuestro Señor y amado Jesucristo.

Amén

Se medita y se pide la segunda gracia


ORACIÓN 

Oh Virgen de la Encarnación, mil veces te saludamos, mil parabienes te damos por el gusto que tuviste cuando Dios en ti encarnó, pues eres tan poderosa oh Virgen y Madre de Dios, concédeme lo que te pido por amor de Dios, por amor de Dios.


 SALVE

Dios te salve Reina y Madre de Misericordia, vida dulzura y esperanza nuestra,

Dios te salve, a ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

Ea pues, Señora Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre,

¡Oh clemente!, ¡oh piadosa!, ¡oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de Nuestro Señor y amado Jesucristo.

Se medita y se pide la tercera gracia


Oración final

Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección, implorando tu asistencia y reclamando tu socorro, haya sido abandonado de ti. 

Animado con esta confianza, a ti también acudo, oh Madre, 
Virgen de las vírgenes, y aunque gimiendo  bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana. 
No deseches mis humildes súplicas, oh Madre del Verbo divino, antes bien, escúchalas y acógelas benignamente. Amén

Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar en el cielo, en la tierra y en todo lugar.




Un Ave María, por la propagación de esta bendita devoción a la Mamá Celestial, que dio su FIAT ( hágase)

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


A Jesús Sacramentado

Soberano Señor Sacramentado, 

Aquí está un pecador arrepentido 

De haber tus mandamientos, quebrantado.

Y tus leyes divinas desobedecidas;

Aquí me tienes a tus pies postrado

Porqué me pesa lo que te he ofendido;

Pequé señor,

Yo te imploro el perdón, dame tu gracia,

Santísimo sacramento,

Seas bendito y alabado

Y eternamente adorado,

¡Oh soberano portento!


Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen.


martes, 2 de febrero de 2021

NOVENA DE LA VIRGEN DE LA CANDELARIA

 NOVENA DE LA VIRGEN DE LA CANDELARIA


Oración preparatoria


Querida Virgen de la Candelaria: nos reunimos junto a ti. Traemos nuestra devoción y nuestro cariño. Acéptalo, Madre nuestra. Déjanos contemplar tus virtudes y enséñanos a imitarlas. Que nos parezcamos a ti cada día más, para agradar al Señor como tú lo hiciste y vivamos así, en paz y alegría y lleguemos luego a compartir contigo la dicha eterna de la gloria. Amén.


Letanías

Oración del día


- Oh, Virgen de la Candelaria, más que todas las criaturas bienaventurada: te rogamos que hoy tu alma esté con nosotros para tributar nuestra adoración a Dios.

“Dios te salve, María”.

- Exalta, tierra entera, a nuestra amadísima Señora.

 “Dios te salve, María”.

Apiádate, Señora, porque de cuantos en ti confían, tú eres el puerto de salvación.

 “Dios te salve, María”.

- Líbranos, Señora, de todos los peligros, sobre todo de los temporales de viento y granizo y de la condenación eterna. Pueblo: “Dios te salve, María”.

- Oh, María, nuestra esperanza nuestro amparo y nuestro auxilio, muéstranos el camino a Jesús.

 “Dios te salve, María”.


Día primero.


Virgen Inmaculada de la Candelaria: tú que siendo purísima a los ojos de Dios, quisisteis ser purificada como los pecadores para enseñarnos la importancia de vivir en gracia de Dios: haz que también nosotros, a imitación tuya, procuremos dar la debida importancia a vivir limpios a los ojos de Dios, aunque debamos humillarnos para reconocer nuestros pecados en la confesión. Amén.


Día segundo.


Virgen Inmaculada de Candelaria, que estando llena de santidad te has presentado lo mismo al templo para cumplir con la Ley de Dios: haz que también nosotros, a imitación tuya, lleguemos a querer nuestro templo y considerarlo cada día más como lugar de nuestro acercamiento a Dios. Amén.


Día tercero.


Virgen Inmaculada de Candelaria: tú que no dudaste de poner a tu hijo Jesús en las manos de Simeón, sabiendo como rogaba en el templo por la gracia de ver al Redentor: haz que también nosotros suspiremos por tener a Cristo en nuestro corazón y así tú puedas entregarlo a Dios. Así sea.


Día cuarto.


Virgen Inmaculada de la Candelaria: Tu que al presentar a tu hijo Jesús en el templo oíste el anuncio de tus dolores y lo aceptaste como la voluntad de Dios, haz, que no seamos nosotros aquella espada y nuestra maldad la causa de tus dolores. Así sea.


Día quinto.


Virgen Inmaculada de Candelaria: Tú que ni al presentarte en el templo ni nunca después pregonaste tu condición de Madre de Dios para demostrar la importancia y valor de la humildad, haz que deje de importarnos el sempiterno figurar y a ejemplo tuyo crezca en nosotros el aprecio de la humildad. Así sea.


Día sexto.


Oh Virgen Santísima de la Candelaria: te suplicamos que nos alcances de tu hijo amado Nuestro Señor Jesucristo la gracia de imitar tus virtudes, cumplir los mandamientos y tener horror al pecado mortal. Así un día gozaremos eternamente contigo en el cielo. Así sea.


Día séptimo.


Santísima Virgen de la Candelaria: conscientes de nuestras debilidades acudimos a ti, para que nos alcances la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, de poder llevar una vida digna de nuestra vocación cristiana, imitar tus virtudes y conseguir así el premio de la vida eterna. Así sea.


Día octavo.


Virgen Inmaculada de la Candelaria: por tu pureza virginal, tu inmaculada concepción y tu prerrogativa de Madre de Dios, alcánzame de tu amado hijo, la humildad, la serenidad, la pureza del corazón, de cuerpo y de espíritu, la santa perseverancia en el bien, el don de la oración, una santa vida y gloriosa eternidad. Así sea.


Día noveno.


Virgen Inmaculada de la Candelaria; por tu obediencia al Padre, concientes de nuestra soberbia y orgullo, te suplicamos nos ayudes a aceptar la voluntad de Dios, para que toda nuestra vida no sea otra cosa que un renovado Si, al querer del Padre Eterno.

Así sea


Oración final.


Te damos gracias, Madre y Señora nuestra. Somos tus hijos y nos ponemos en tus manos, para que nos eduques y logres hacer de nosotros verdaderos hijos de Dios, cristianos santos y alegres. Amén.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.


Santísima Virgen de la Candelaria.

Ruega por nosotros. (3 veces)

sábado, 12 de diciembre de 2020

YO TE SALUDO MARIA HIJA DE DIOS PADRE

 

Yo te saludo, María, Hija de Dios Padre,

Yo te saludo, María, Madre de Dios Hijo,

Yo te saludo, María, Esposa del Espíritu Santo,

Yo te saludo, María, Templo de la Divinidad,

Yo te saludo, María, Virgen de las vírgenes, de quién el Rey de los cielos ha querido nacer,

Yo te saludo, María, Reina de los mártires,

Yo te saludo, María, Reina del mundo,

Yo te saludo, María, Reina de mi Corazón,

Yo te saludo, María, llena de gracia,

Bendito sea el fruto de tus entrañas, Jesús,

Bendito sea tu esposo, san José,

Bendito sea tu padre, san Joaquín,

Bendita sea tu madre, santa Ana,

Bendito sea tu hijo, san Juan,

Bendito sea tu ángel, san Gabriel,

Benditos sean todos aquellos que te aman y te bendicen. Amén

lunes, 5 de octubre de 2020

LECTIO DIVINA: NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

 "La Lectio Divina es una fuente genuina de la espiritualidad cristiana y a ella nos invita nuestra Regla. Practiquémosla cada día para adquirir un suave y muy vivo amor y para aprender la supereminente ciencia de Jesucristo. Así cumpliremos el mandato del Apóstol Pablo que nos recuerda la Regla: “La espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios, habite con toda su riqueza en vuestra boca y en vuestros corazones, y todo lo que debáis hacer hacedlo en el nombre del Señor”. 


Constituciones Carmelitas (n. 82)


Lectio Divina: Nuestra Señora del Rosario

1) Oración inicial


¡Oh Madre y clementísima Virgen del Rosario! Vos que plantasteis en la Iglesia, por medio de vuestro privilegiado hijo Domingo, el místico árbol del Santo Rosario, haced que abracemos todos tu santa devoción y gocemos su verdadero espíritu; de suerte que aquellas místicas rosas sean en nuestros labios y corazón, por los pecadores medicina y por los justos aumento de gracia. Amén.


2) Lectura


Del santo Evangelio según Lucas 1,26-38

Al sexto mes envió Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y, entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se conturbó por estas palabras y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande, se le llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.» María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y se le llamará Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez y este es ya el sexto mes de la que se decía que era estéril, porque no hay nada imposible para Dios.» Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel, dejándola, se fue.


3) Reflexión


• La visita del ángel a María evoca las visitas de Dios a varias mujeres del Antiguo Testamento: Sara, madre de Isaac (Gn 18,9-15), Ana, madre de Samuel (1 Sam 1,9-18), la madre de Sansón (Jueces 13,2-5). A todas ellas fue anunciado el nacimiento de un hijo con una misión importante en la realización del plan de Dios.

• La narración empieza con una expresión “En el sexto mes”. Es el sexto mes de embarazo para Isabel. La necesidad concreta de Isabel, una mujer ya avanzada en edad que va a tener a su primer hijo, con un parto a riesgo, es el telón de fondo de todo este episodio. Y ella lo menciona al comienzo (Lc 1,26) y al final de la visita del ángel (Lc 1,36.39).

• El ángel le dice: “¡Alégrate!, ¡Llena de gracia! ¡El Señor está contigo!” Palabras símiles fueron dichas a Moisés (Ex 3,12), a Jeremías (Jr 1,8), a Jedeón (Jz 6,12) y a otras personas con una misión importante en el plan de Dios. María se queda extrañada ante este saludo, y tratar de saber el significado de aquellas palabras. Es realista. Quiere entender. No acepta cualquier inspiración.

• El ángel responde: “¡No temas, María!” Como en la visita del ángel a Zacarías, el ángel recuerda aquí que el primer saludo de Dios es siempre: ”¡No temas!” Luego el ángel recuerda las promesas del pasado que se cumplirán mediante el hijo que va a nacer y que debe recibir el nombre de Jesús. Será llamado Hijo del Altísimo y en él se realizará el Reino de Dios. Esta es la explicación del ángel para que María no tenga miedo.

• María tiene conciencia de la misión que está recibiendo, pero sigue siendo realista. No se deja embalar por la grandeza de la oferta y mira su condición. Analiza la oferta a partir de los criterios que tiene a su disposición. Humanamente hablando, no es posible: “¡Cómo podré ser madre si no tengo relación con ningún hombre?”

• El ángel explica que el Espíritu Santo, presente en la Palabra de Dios desde el día de la Creación (Génesis 1,2), consigue realizar cosas que parecen imposibles. Por esto, el Santo que va a nacer de María será llamado Hijo de Dios. El milagro se repite hoy. Cuando la Palabra de Dios es acogida por los pobres, algo nuevo acontece por el poder del Espíritu Santo. Algo tan nuevo y sorprendente como que un hijo va a nacer de una virgen o un hijo va a nacer de una mujer ya entrada en edad como Isabel, de la que todos decían que ¡no podía tener hijos! Y el ángel añade: “¡Ahí tienes a tu parienta, Isabel: se encuentra ya en el sexto mes del embarazo!”

• La respuesta del ángel aclara todo para Maria, y ella se entrega: “¡He aquí la sierva del Señor! Hágase en mí según su Palabra”. Maria usa para si el título de Sierva, sirvienta del Señor. Este título viene de Isaías, que presenta la misión del pueblo no como un privilegio, sino como un servicio a los otros pueblos (Is 42,1-9; 49,3-6). Más tarde, Jesús definirá también su misión como un servicio: “No vine para ser servido, sino para servir” (Mt 20,28). ¡Aprendió de su Madre!


4) Para la reflexión personal


• ¿Qué es lo que más te llama la atención en la visita del ángel Gabriel a Maria?

• Jesús elogio a su madre cuando dice:“Dichosos aquellos que oyen la Palabra y la ponen en práctica” (Lc 11,28). ¿Cómo se relacionó María con la Palabra de Dios durante la visita del ángel?


5) Oración final


De Yahvé es la tierra y cuanto la llena,

el orbe y cuantos lo habitan,

pues él lo fundó sobre los mares,

lo asentó sobre los ríos. (Sal 24,1-2)


GOZOS EN ALABANZA DE MARÍA SANTÍSIMA NUESTRA SEÑORA Y DE SU SANTO ROSARIO


 Beato Fray Diego 


Cantemos con devoción

A la que es de Dios Sagrario:

Señora, por tu Rosario,

Logre yo mi salvación.




Es fuente del Paraíso

De que al mundo se deriva

De la gracia el agua viva

Para el remedio preciso:

El pecador que la quiso

Halló aquí su salvación.













Es la ciudad preparada

Por Dios para mi refugio

En donde hallase el refugio

De su ira exarcebada

Al alma aquí cobijada

Se dará indulto y perdón.





Del Rosario, himno sagrado.

Por él bienaventurado

El Rosario bien rezado

Es remedio universal

En todo quebranto y mal

Para el hombre atribulado,

Es tan santa ocupación.


A toda virtud incita

Rezar el Santo Rosario

Si este ejercicio diario

Con devoción se ejercita

Todo impedimento quita

De la santificación.


Todo aquel que con pecado

Ha gravado su conciencia,

Logrará hacer penitencia

Si el Rosario es aplicado:

El será en otro mudado

Dispondrá su obstinación.

Y si pecaste, ¡alma mía!


Y hallar quieres penitencia,

Busca luego la clemencia

De tu gran Reina María:

En su protección confía



Que Dios ha de perdonarte

Ten por cierto, si a María,

Invocares con Fe pía

Tratando tu de enmendarte

Tu conseguirás salvarte

Si alcanzas su protección.


No te vencerá el pecado,

Ni sus fuertes tentaciones

Si en tan santas oraciones

Te hallaren ejercitado



Aquel que el Ave María

Devotamente rezare

Y a la Virgen saludare

Con virtud y oración pía,

Del juicio en el gran día

No verá su perdición.


El justo, el angel y el santo

Con acorde melodía

A su Emperatriz María

Le alaban con este canto,

El cielo se alegra tanto


Todos, pues, con voluntad

El Rosario le recemos

Y con él siempre alabemos

A la Madre de Piedad:

Toda la Divinidad

Puso aquí su habitación.


Es remedio universal

El Rosario sacrosanto

De toda pena y quebranto

Y en todo peligro y mal:

Su virtud es tanta y tal

Que sana toda aflicción.


Sus misterios considera,

Si con fruto has de rezarlo,

Lo contrario es malograrlo,

O poco bien produjera,

Sin devoción verdadera,

No sirve esta invocación.


De Jesucristo la vida

El Rosario nos propone,

Y en eso a todos impone

Que es su imitación debida,

También es cosa sabida

Que es regla sin excepción.



En tres clases dividido

Estos misterios verás,

Y en ellos meditarás

Como fuimos redimidos:

Tus sentidos recogidos

Ten en su meditación.



En los misterios Gozosos

Hallarás alta doctrina,

Y de efectos una mina.

Los más tiernos y amorosos

Son los verdaderos gozos



Si meditas con fervor

Los Dolorosos misterios

Sacarás afectos serios

De compasión y dolor.

Por ellos tu Redentor

Te exige su imitación.


Todo el bien que de Dios viene

Con sus tesoros preciosos,

En los misterios Gloriosos

Hallarás que se contiene:

Medítalos cual conviene

Y en ellos pon tu afición.


Venid todos y alabemos

A nuestra Madre María,

Y en toda hora cada día

Devotos la veneremos:

Si así fuere, no dudemos

De su gran retribución.


A vuestros pies, gran Señora,

Tu pueblo favorecido,

Con afecto el más rendido

Postrado, humilde os adora

Para siempre desde ahora

Os pide la bendición.


Por tí benditos seamos,

Como humildes lo pedimos:

Y pues por Tí a Dios tuvimos,

Por Tí también le veamos:

Por vuestro medio esperamos

Verle en la Salvación.


Por tiempo y eternidad,

En la vida y en la muerte

Pongo en tus manos mi vida,

Mi bien y felicidad:

Que me ampare tu bondad

Es toda mi petición.


Por tu Rosario Señora, logre yo mi salvación.



R. Virgen María, no hay quien se asemeje a ti entre las hijas de Jerusalén: tú eres la madre del Rey de los reyes, tú la señora de los ángeles, tú la reina de los cielos. * Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.

V. Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.

R. Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.


Himno: RESPLANDECIENTE DE ALEGRÍA.


Resplandeciente de alegría,

amargo mar de los pesares,

vestida de gracia y de gloria,

te cantamos, oh Virgen María.

Gozosa cuando a Dios concibes,

cuando anhelante das el fruto,

cuando lo ofreces y lo pierdes,

al Hijo, que es la luz del mundo.

Salve, primera de los mártires,

en el dolor de tu martirio;

tu corazón supo de espinas.

tu alma de cruces y de lirios.

Reina de gloria refulgente,

Madre fecunda de la Iglesia,

cuando las llamas del Paráclito

del mundo ardieron las tristezas.

Recoged las Aves Marías

para un rosario de azucenas;

cantad a María alabanzas,

que es Madre de eterna belleza. Amén.



jueves, 1 de octubre de 2020

OTRA NOVENA A LA VIRGEN DEL ROSARIO

 


NOVENA A LA VIRGEN DEL ROSARIO

ORACIÓN INICIAL

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.


Acto de Contrición: Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, me pesa de todo corazón haber pecado, porque he merecido el infierno y he perdido el cielo; sobre todo porque te ofendí a Tí, que eres tan bueno y que tanto me amas, a quien quiero amar sobre todas las cosas. Propongo firmemente con tu gracia enmendarme y alejarme de las ocasiones de pecar, confesarme y cumplir la penitencia. Confío me perdonarás por tu infinita misericordia. Amén.


†Señor abre mis labios, y mi boca proclamará tu alabanza. Señor ven en mi auxilio, date prisa en socorrerme.


Ven Espíritu Santo, llena nuestros corazones, enciende en ellos el fuego de tu amor. 

Envíanos Señor tu espíritu y todo será de nuevo creado, y renovará la faz de la tierra. 

Señor Dios Padre de amor, Dios de misericordia, ilumina nuestra mente con la Luz del Espíritu Santo para que podamos comprender el mensaje de tu palabra y fortalezca nuestra voluntad para poder vivirla. Así sea.


¡Oh soberano santuario, sagrario del Verbo Eterno, libera virgen del infierno a los que rezan tu rosario. Emperatriz poderosa, de los mortales consuelo; ábrenos señora el cielo con una muerte dichosa, y danos pureza de alma, tú que eres tan poderosa!


¡Oh Madre y clementísima Virgen del Rosario! Vos que plantasteis en la Iglesia, por medio de vuestro privilegiado hijo Domingo, el místico árbol del Santo Rosario, haced que abracemos todos tu santa devoción y gocemos su verdadero espíritu; de suerte que aquellas místicas rosas sean en nuestros labios y corazón, por los pecadores medicina y por los justos aumento de gracia. Amén.


Pedir aquí con confianza la gracia que se desea obtener con esta novena.


DÍA PRIMERO


"Dios te salve". ¡Cuanto mi alma se alegra, amantísima Virgen, con los dulces recuerdos que en mi despierta esta salutación! Se llena de gozo mi corazón al decir el "Ave Maria", para acompañar el gozo que llenó Vuestro espíritu al escuchar de boca del Ángel, alegrándome de la elección que de Vos hizo el Omnipotente para darnos el Señor. Amén.

Madre Celestial haz que nos bendiga El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo. Amén.

En el Nombre del Padre, del Hijo y el Espiritu Santo. Amen


DÍA SEGUNDO


¡"María" nombre santo! Dignaos, amabilísima Madre, sellar con vuestro nombre el memorial de las súplicas nuestras, dándonos el consuelo de que lo atienda benignamente vuestro Hijo Jesús, para que alcancemos aburrimiento grande a todas las vanidades del mundo, firme afición a la virtud, y ansias continuas de nuestra eterna salvación. Amén.


DÍA TERCERO


"Llena eres de gracia". ¡Dulce Madre! Dios os salve, María, sagrario riquísimo en que descansó corporalmente la plenitud de la Divinidad: a vuestros pies se presenta desnuda mi pobre alma, pidiendo la gracia y amor de Dios, con el que fuisteis enriquecida, haciéndote llena de virtud, llena de santidad, y llena de gracia. Amén.


DÍA CUARTO


"El Señor es contigo". ¡Oh Santísima Virgen! Aquel inmenso Señor, que por su esencia se halla con todas las cosas, está en Vos y con Vos por modo muy superior. Madre mía venga por Vos a nosotros. Pero ¿como ha de venir a un corazón de tan poca limpieza, aquel Señor, que para hacernos habitación suya, quiso con tal prodigio, que no se perdiese, siendo Madre vuestra virginidad? ¡Oh! muera en nosotros toda impureza para que habite en nuestra alma el Señor. Amén.




DÍA QUINTO


"Bendita Tu eres entre todas las mujeres" Vos sois la gloria de Jerusalén: Vos la alegría de Israel: Vos el honor del pueblo santo de Dios. Obtenga por vuestra intercesión nuestro espíritu la más viva fe, para considerar y adorar con vuestro santo Rosario las misericordias que en Vos y por Vos hizo el Hijo de Dios. Amén.


DÍA SEXTO


"Bendito es el fruto de tu vientre Jesús". Lloro, oh Madre mía, que haya yo hecho tantos pecados, sabiendo que ellos hicieron morir en cruz a vuestro Hijo. Sea el fruto de mi oración, que no termine nunca de llorarlos, hasta poder bendecir eternamente aquel purísimo fruto de vuestro vientre. Amén.


DÍA SÉPTIMO


"Santa María, Madre de Dios". No permitáis se pierda mi alma comprada con el inestimable precio de la sangre de Jesús. Dadme un corazón digno de Vos, para que amando el recogimiento, sean mis delicias obsequiaros con el santo Rosario, adorando con él a vuestro Hijo, por lo mucho que hizo para nuestra redención, y por lo que os ensalzó, haciéndote Madre suya. Amén.


DÍA OCTAVO


"Ruega por nosotros pecadores". ¡Madre de piedad! A Vos solo dijo aquel Rey soberano de la gloria: Vos sois mi Madre. Alcanzadme humildad y plena confianza, dispuesto de este modo, con el auxilio de Dios, a recibir los favores de la Divina misericordia, por los méritos de vuestro Hijo y Redentor nuestro. Amén.


DÍA NOVENO


"Ahora, y en la hora de nuestra muerte", estamos siempre expuestos a perder la gracia de Dios. Haced que no se aparte de mi memoria al último momento de la vida, que habrá de ser decisivo de mi eterna suerte. ¡Oh Madre de piedad! concededme el consuelo de morir bajo la vuestra protección y en el amor de mi Jesús. Amén.


ORACIONES FINALES

Rezar tres Avemarías y Glorias en reverencia de las tres órdenes de misterios del Santo Rosario. Terminar con la siguiente oración:


¡Oh Santísima Virgen, Madre de Dios, dulce refugio y consuelo piadoso de todos los afligidos! Por aquella confianza y autoridad de Madre con que podéis presentar nuestros ruegos al que es árbitro soberano de nuestro bien empeñad una y otra en favor nuestro. Conseguidnos el reformar con el Santo Rosario nuestras vidas, estudiando en tan dulce libro la fiel imitación de vuestro Hijo Jesús, hasta que podamos adorarlo y amarlo por todos los siglos de los siglos. Amén.


martes, 29 de septiembre de 2020

NOVENA A LA VIRGEN DEL ROSARIO

 


ORACIONES INICIALES Y FINALES



“Cantemos con devoción 

a la que es de Dios sagrario.

Señora, por tu Rosario,

logre yo mi salvación.”



Gozos en alabanza de

María Santísima Nuestra Señora y de su Santo Rosario

 Beato Fray Diego 



Cantemos con devoción

A la que es de Dios Sagrario:

Señora, por tu Rosario,

Logre yo mi salvación.



Aquí la fe resplandece

Y la religión se ensalza,

Se abjura la secta falsa,

Y el dogma más resplandece:

El que así no lo creyese,

Es digno de corrección.



Es fuente del Paraíso

De que al mundo se deriva

De la gracia el agua viva

Para el remedio preciso:

El pecador que la quiso

Halló aquí su salvación.



Es el árbol de la vida,

El iris que vió Noé,

El símbolo de la Fe,

Del cielo escala y subida,

Es de la gracia perdida,

Medio de restauración.



Es la vara prodigiosa

De Moisés profeta santo:

Es vara de poder tanto

Que a Luzbel rinde y destroza,

Es la vara fructuosa

Del gran sacerdote Aarón.

Es un rosal misterioso

Llamado de Jericó,

La escala que Jacob vió

En sueño maravilloso,

Camino nada fragoso

Para la eterna mansión.



Escudo es de Josué

Contra el poder infernal

Y del pecado mortal

Remedio y así se ve

Que el Rosario siempre fue

Medio de reformación.



La zarza de Oreb mostraba

Del Rosario la virtud

Porque por él su salud

El mundo recuperaba:

Dios así nos preparaba

Un bien sin comparación.



Es la ciudad preparada

Por Dios para mi refugio

En donde hallase el refugio

De su ira exarcebada

Al alma aquí cobijada

Se dará indulto y perdón.



Es la torre guarnecida

De David, donde los fuertes,

Armados de varias suertes,

Ven su virtud defendida

Siempre aquí será vencida

La cabeza del dragón.



El Arbol representado

A Nabuco en su reposo,

Fue símbolo misterioso

Del Rosario, himno sagrado.

Por él bienaventurado

Puede ser cual ya otros son.



El Rosario bien rezado

Es remedio universal

En todo quebranto y mal

Para el hombre atribulado,

Señal de predestinado

Es tan santa ocupación.



A toda virtud excita

Rezar el Santo Rosario

Si este ejercicio diario

Con devoción se ejercita

Todo impedimento quita

De la santificación.



Todo aquel que con pecado

Ha gravado su conciencia,

Logrará hacer penitencia

Si el Rosario es aplicado:

El será en otro mudado

Dispondrá su obstinación.



Y si pecaste, ¡alma mía!

Y hallar quieres penitencia,

Busca luego la clemencia

De tu gran Reina María:

En su protección confía

Conseguir la contricción.



Que Dios ha de perdonarte

Ten por cierto, si a María,

Invocares con Fe pía

Tratando tu de enmendarte

Tu conseguirás salvarte

Si alcanzas su protección.



No te vencerá el pecado,

Ni sus fuertes tentaciones

Si en tan santas oraciones

Te hallaren ejercitado:

No tampoco el fuerte armado

Puesto en tal ocupación.



Aquel que el Ave María

Devotamente rezare

Y a la Virgen saludare

Con virtud y oración pía,

Del juicio en el gran día

No verá su perdición.



El justo, el angel y el santo

Con acorde melodía

A su Emperatriz María

Le alaban con este canto,

El cielo se alegra tanto

Con esta salutación.



Aquel que por su impiedad

De rezar deja el Rosario,

Es juzgado temerario

E incurre en grande maldad:

Por Ella el Dios de bondad

Le mira con adversión.



Todos, pues, con voluntad

El Rosario le recemos

Y con él siempre alabemos

A la Madre de Piedad:

Toda la Divinidad

Puso aquí su habitación.



Es remedio universal

El Rosario sacrosanto

De toda pena y quebranto

Y en todo peligro y mal:

Su virtud es tanta y tal

Que sana toda aflicción.



Sus misterios considera,

Si con fruto has de rezarlo,

Lo contrario es malograrlo,

O poco bien produjera,

Sin devoción verdadera,

No sirve esta invocación.



De Jesucristo la vida

El Rosario nos propone,

Y en eso a todos impone

Que es su imitación debida,

También es cosa sabida

Que es regla sin excepción.



En tres clases dividido

Estos misterios verás,

Y en ellos meditarás

Como fuimos redimidos:

Tus sentidos recogidos

Ten en su meditación.



En los misterios Gozosos

Hallarás alta doctrina,

Y de efectos una mina.

Los más tiernos y amorosos

Son los verdaderos gozos

En nosotros su fruición.



Si meditas con fervoro

Los Dolorosos misterios

Sacarás afectos serios

De compasión y dolor.

Por ellos tu Redentor

Te exige su imitación.



Todo el bien que de Dios viene

Con sus tesoros preciosos,

En los misterios Gloriosos

Hallarás que se contiene:

Medítalos cual conviene

Y en ellos pon tu afición.



Venid todos y alabemos

A nuestra Madre María,

Y en toda hora cada día

Devotos la veneremos:

Si así fuere, no dudemos

De su gran retribución.



A vuestros pies, gran Señora,

Tu pueblo favorecido,

Con afecto el más rendido

Postrado, humilde os adora

Para siempre desde ahora

Os pide la bendición.



Por tí benditos seamos,

Como humildes lo pedimos:

Y pues por Tí a Dios tuvimos,

Por Tí también le veamos:

Por vuestro medio esperamos

Verle en la Santa Sión.



Por tiempo y eternidad,

En la vida y en la muerte

Pongo en tus manos mi suerte,

Mi bien y felicidad:

Que me ampare tu bondad

Es toda mi petición.





Por tu Rosario Señora, logre yo mi salvación.







Los Misterios Dolorosos



En petición

Dios te salve, Reina del Santísimo Rosario, mi Madre María, ¡A ti aclamo! A tus pies humildemente me arrodillo para ofrecerte una corona de rosas 
 cada rosa te recuerda un misterio santo.

¡Oh Reina y dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que te invocan! Tú no puedes mirar sobre mi ofrenda  sin logran ver lo entrelazada
que está. Como tú recibes mi regalo, te pido que cuándo recibas mi súplica,   que por tu generosidad me facilites el auxilio que con tanto ahínco y confiadamente busco. 

En acción de gracias



Credo, Padre Nuestro, 3 Ave Marías, Gloria al Padre.




La agonía en el huerto

¡Oh dolorosísima Madre , meditando el misterio de la Agonía de Nuestro Señor en el Huerto, cuando en la gruta del Huerto de los Olivos, Jesús vio  los pecados del mundo desarrollándose ante Él por Satanás, quien trató de disuadirlo del sacrificio que estaba a punto de hacer; cuando Su alma encoge de la vista, y su preciosa sangre que fluye por todos los poros de la visión de la tortura y la muerte  a la que habría de someterse, de tus propios sufrimientos, querida Madre, los futuros sufrimientos de su Iglesia, y sus propios sufrimientos en el Santísimo Sacramento, clamó con angustia:

 "¡Abba Padre si es posible, aparta de mi este !"; pero, de inmediato al resignarse a la voluntad de su Padre, Él oró: "No sea como yo quiero, sino como tú!"

Ruego humildemente: Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria al Padre.

 Por la petición de la virtud de la renuncia a los apegos y vivir en Voluntad de Dios, humildemente pongo esta rosa blanca  a tus pies.


La Flagelación

¡Oh dolorosísima Madre, meditmos en el Misterio de la Flagelación de Nuestro Señor, cuando por orden de Pilato, tu Divino Hijo, despojado de sus vestiduras y atado a un pilar, fue lacerado de pies a cabeza con azotes crueles y su carne desgarrada hasta que su cuerpo mortificado no podía soportar más.

Ruego humildemente: Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria al Padre.

 Por la petición de la virtud de la Mortificación, humildemente pongo esta rosa blanca  a tus pies.
La coronación de espinas

¡Oh dolorosísima Madre, meditamos el Misterio de la Coronación de espinas de Nuestro Señor, cuando los soldados, colocaron sobre su cabeza una corona de espinas, lo llenaron de golpes, insertando las espinas profundamente en su cabeza; en aquel momento, el soldado se arrodilló delante de Jesús y con adoración burlona gritó: "¡Salve, Rey de los Judíos!"

Ruego humildemente: Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria al Padre.

Por la petición de la virtud de la Humildad,  humildemente pongo esta rosa blanca  a tus pies.

Jesús con la Cruz a cuestas

¡Oh dolorosísima Madre, meditando en el Misterio de Jesús cargando la Cruz a cuestas, cuando con la pesada cruz de madera sobre sus hombros, tu divino Hijo fue arrastrado, débil y enfermo. Sin embargo, siguió paciente su camino al Calvario , a través de las calles, en medio de los insultos del pueblo ; cayendo a menudo, pero siguió exhortando a lo largo de los crueles golpes de sus verdugos.

Ruego humildemente: Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria al Padre. 

Por la petición de la virtud de la Paciencia en la Adversidad  humildemente pongo esta rosa blanca a tus pies.

La Crucifixión

¡Oh dolorosísima Madre , meditando el misterio de la Crucifixión, cuando después de haber sido despojado de sus vestiduras, tu divino Hijo fue clavado en la cruz, en la que después de tres horas de agonía indescriptible nuestro Señor murió, tiempo durante el cual Él suplicó perdón al Padre por sus enemigos.

Ruego humildemente: Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria al Padre.
Por la petición de la virtud del Amor a nuestros enemigos , humildemente pongo esta rosa blanca a tus pies.

COMUNIÓN ESPIRITUAL

Mi Jesús, realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar, ya que ahora no puedo recibirte bajo el velo sacramental, yo te ruego con un corazón lleno de amor y anhelo, puedas venir espiritualmente a mi alma a través del Corazón Inmaculado de Tu Madre Santísima, y quedarte conmigo para siempre.

“Tú en mí, y yo en ti, en el tiempo
y en la eternidad, en Nuestra Señora Santa María”

Petición

Dulce Madre María, te ofrezco esta comunión espiritual para unir mis ramos de flores en una guirnalda, la cual quiero colocar sobre tu frente. ¡Oh Madre mía! contempla con buenos ojos mi obsequio, y en tu amor obten para mí (especificar petición…..) Dios te salve, María, 

En Acción de Gracias

Dulce Madre María, te ofrezco esta comunión espiritual para unir mis ramos de flores en una guirnalda, la cual quiero colocar sobre tu frente en acción de gracias por (especificar petición….) que conforme a tu amor has obtenido para mí. Dios te salve, María, 

ORACION

¡Oh Dios! Cuyo unigénito Hijo, por su vida, muerte y resurrección, ha conseguido para nosotros la recompensa de la vida eterna; concedemos, te rogamos, que meditando en estos misterios del Santo Rosario de la Bienaventurada Virgen María, imitemos lo que contienen y obtengamos lo que prometen. Por el mismo Cristo nuestro Señor. Amén.

Que la divina asistencia permanezca siempre con nosotros. Y que las almas de los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén.


 Virgen Santa, ante tu Niño amoroso, danos tu bendición a nosotros este día (noche). En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén